La cantidad de información que se maneja en la actualidad es inmensa. Tanto, que la importancia del manejo de esa información ha hecho que las bases de datos hoy en día estén presentes en casi todos los ámbitos digitales.
Las bases de datos se puede decir que son casi tan antiguas como la escritura. Desde muy pronto, el hombre descubrió la utilidad de poner objetos en listas y organizarlos a modo de inventario. Aunque primitivos, estos podrían ser considerados las primeras bases de datos de la historia. Bien sea dinero, bienes comerciales, documentos, libros, archivos, listados de ventas y clientes, guías telefónicas, bases de ADN… todo es susceptible de ser incluido en una base de datos. Hoy en día, el concepto de base de datos se refiere casi exclusivamente a la informática, porque casi todos los datos existentes se hallan ya en formato digital. Se cree, por ejemplo, que la mayor base de datos que jamás ha existido es, ni más ni menos, que Facebook, y que en ella se recoge más información que en todos los libros que se han escrito en la historia humana.
Existen muchos tipos de bases de datos, desde muy sencillas, a las más complejas. Vamos a intentar ver ejemplos de los principales tipos.
- Estáticas: son bases cuyos elementos no son modificables. Se emplean en general para recopilar datos históricos, luego usados en análisis estadísticos o simplemente para consultas. Un ejemplo simple sería una base de datos con las ventas de los últimos diez años de una empresa. Estas ya no van a variar, pero el registro puede ser muy útil a la hora de hacer previsiones de ventas según la estacionalidad, el ciclo económico…
- Dinámicas: son las más comunes. Los datos almacenados se pueden modificar, incluso en tiempo real. Un caso práctico de este tipo de bases de datos sería un inventario de existencias de una industria, que irremediablemente irá variando con el tiempo. También, por ejemplo, los perfiles de una red social pertenecerían a este tipo de bases de datos, pues pueden ser modificados..
Si nos atenemos a la estructura, tenemos por un lado, bases jerárquicas, en red, relacionales, orientadas a objetos, deductivas, multidimensionales… es difícil citar ejemplos de todas y cada una de ellas, porque en muchas ocasiones se solapa su uso. Por ejemplo, una empresa puede tener una base de datos jerárquica, y en otra usar para lo mismo una relacional. Esto depende en primer lugar del tipo de empresa y en segundo lugar de su antigüedad, pues actualizar un tipo de base de datos a otro puede ser complicado. Tenemos un ejemplo muy claro en las bases de datos distribuidas, en las cuales la información se puede distribuir entre varios centros dispersos geográficamente. Cada uno de esos centros puede tener un tipo de base de datos, que gestiona por si mismo, si bien todos pueden acceder a toda la información de todos los centros para consultarla. Este tipo de distribución es muy usada en organismos públicos, en grandes empresas, universidades…
Sea como sea, la necesidad de las bases de datos ha hecho que las grandes empresas de software hayan creado programas gestores de bases de datos. Cada uno de ellos con sus características, sus pros y sus contras, pero siempre con el hilo común de ayudar a gestionar los datos de sus usuarios de manera eficiente y sencilla. No hablaremos ahora de las bases de datos antiguas (jeráquicas o en red), puesto que casi todos los programas actuales se basan en sistemas relacionales u orientados a objetos.
Existen bases de datos libres, entre las que destaca MySQL, una de las más empleadas debido a sus requerimientos moderados y ser gratuita. Entre las de pago, la más empleada es la de Oracle, de gran difusión, y también podemos citar otras como dBase, Access, Informix, Microsoft SQL Server o Sybase. Casi todas ellas cumplen con el estandar SQL perfectamente.